‘Rubio’, el perro guía que murió tras huir a la desesperada del estruendoso ruido que producía la pirotecnia de las fiestas de Monachil (Granada)

Los efectos de todo tipo de pirotecnia, desde petardos hasta fuegos artificiales, pueden resultar muy dañinos sobre los animales. El actor y monologuista Dani Rovira ya lo advirtió hace unos años mediante un vídeo de su perro que se volvió viral. La citada publicación, subida en los días previos a Nochevieja, recogía la reacción del canido que temblaba sin parar – ante el sonido de los estruendosos petardos.

Los perros pueden llegar incluso a sufrir infartos y ataques de pánico. Esto último, precisamente, propició la muerte durante las fiestas de la localidad de Monachil en Granada, de ‘Rubio’, el perro guía de Juan Navarro, una persona invidente de 70 años.

Perro guía. La foto no corresponde a Rubio. Es archivo de la Fundación ONCE de perros guía

Según declaró su dueño a la revista Ideal, Rubio siempre se ponía nervioso con el ruido de los fuegos artificiales. «Cada vez que sonaba un petardo Rubio se ponía muy inquieto, se escondía bajo sitios en los que ni cabía». Ante esta situación, Navarro cogía a su compañero y le calmaba. Sin embargo, la semana pasada no pudo reaccionar a tiempo. La pequeña localidad granadina celebraba sus fiestas. Los petardos -que no sabemos la gracia que tiene para algunas personas hacerlos explotar- comenzaron a sonar muy temprano y el perro, asustado, salió corriendo del domicilio. «Cuando fui a verlo mi sorpresa fue que no estaba. No sé cómo se fue, pero huyó preso del pánico», explica el dueño.

Por ello Navarro avisó a la Policía y a sus vecinos de lo ocurrido. Se pusieron a buscar al animal. Tras varias horas de redadas, recibió la triste noticia: los agentes habían encontrado a un labrador muerto en el fondo de un barranco.

«Pudimos confirmar que se trataba de Rubio», expresa el dueño del animal, quien todavía no puede creerse lo que le ha ocurrido a su compañero de vida. «El vínculo que tenía con él era muy grande. Han sido muchos años con él las 24 horas del día, ayudándome a salir de muchas situaciones comprometidas», asegura Navarro.

A la espera de que la ONCE le otorgue a un nuevo perro guía, confiesa que se siente «desvalidado». «Mi autonomía queda diezmada sin Rubio», se lamenta.