La noticia hace una semana de que el francotirador de élite canadiense Willy Dobid, alias ‘Wali’, se había presentado voluntario para combatir en Ucrania contra las fuerzas invasoras rusas fue recogida con gran entusiasmo por los medios de comunicación y la población del pais invadido.
Wali, un soldado canadiense que había participado en misiones en zonas de conflicto desde oriente próximo y medio a Irak, hasta Afganistán ha resultado muerto a los pocos minutos de llegar a la guerra.
Según algunos medios estadounidenses, el francotirador canadiense ha muerto a los 20 minutos de incorporarse a las filas ucranianas que luchan contra las fuerzas de invasión rusa. Según parece, Willy Dobid ha sido eliminado por fuerzas especiales rusas en la asediada ciudad de Mariupol.
Este hecho pone en evidencia una cosa: el ejército ruso parece que no es igual al iraquí o al afgano o Wali no tomó las medidas de precaución necesarias para ejercer su misión.
Las fuerzas armadas rusas se han quedado estancadas en Kiev y otras ciudades, lo que no significa que sea es un ejército de segunda o tercera categoría. Son tropas muy bien entrenadas y equipadas y sus fuerzas especiales son de las más eficientes del mundo, así como peligrosas.